“Estado de certeza”
(Reflexión, Navidad 2018)
“Tristes
doctrinas (económicas, políticas, científicas o religiosas) que no puedan ser
comprobables -al menos en su mayor parte, en el lapso de una vida humana. En mi
opinión, lo que no consiga un despertar, ni un rápido cambio y progreso al ser
humano, debe ser descartado inmediatamente. Ya esté sustentado por personajes o
libros "sagrados" o milenarias tradiciones...”
Es interesante reflexionar, en como la doctrina "marxista" al igual que algunas religiones, se aferran a un futuro culminante que nunca llega, como ajeno al ser humano del presente (que sólo puede vivir -como dice el texto bíblico: tres ventenas y diez), desligando al hombre-real, de producir un verdadero despertar y cambio, que pueda "atraer" el cielo a la superficie de la tierra.
Es interesante reflexionar, en como la doctrina "marxista" al igual que algunas religiones, se aferran a un futuro culminante que nunca llega, como ajeno al ser humano del presente (que sólo puede vivir -como dice el texto bíblico: tres ventenas y diez), desligando al hombre-real, de producir un verdadero despertar y cambio, que pueda "atraer" el cielo a la superficie de la tierra.
Lo anterior suena a estafa... Pero después
del comentario sobre la Navidad, recordé el Plus, (+) o -mas, siempre el -mas,
porque en todos estos temas, siempre escapa algo. Después de alrededor de 30 años de lectura, investigación y práctica de diferentes
disciplinas espirituales; me veo hora en poder de hacer “balance” –si es que tal
cosa pudiera hacerse... y de facilitar la tarea a otros –si es que alguien
desea aprovechar la “experiencia ajena”... Hace unos días veía un cartel en
redes sociales que decía:
“El ser humano nace sabio y con el tiempo se
vuelve estúpido”... y no deja de tener razón.
El exceso de
racionalismo-sensual, a destruido al hombre espiritual natural, el que se
enfrentaba día a día con las fuerzas de la naturaleza –aun hoy desconocidas
aunque jactanciosamente enunciadas por lo que llamamos “ciencia” o
“teología”... El ‘ocaso de los dioses’, de la magia, de la fantasía ha devenido
en la modernidad, en un hombre, por un lado dogmático incorregible, totalmente cerrado a cualquier otra realidad fuera de la que ha sido programado y por otro lado en un ateo despiadado huraño y calculador -máxime, dentro del establecido "culto al oro", y la economía globalista". En eso se ha convertido el mundo
“civilizado”. Por supuesto que se le da muchísimo más importancia al cuerpo y
sus placeres y confort, que al desarrollo de la belleza interior, etcétera. En
resumen, este es el “cuello de botella” donde estamos atorados todos.
El re-aprender, el re-orientarse, el re-establecerse en la verdad fundamental, lo que impulsa a la esencia misma de toda existencia –que por cierto, no cesa; es lo verdaderamente difícil. Doctrinas, métodos, formulas hay por miles... sectas pululan por doquier. Conocerlas todas sería lo ideal, pero el tiempo de una vida no alcanzaría... A través de la literatura y siendo algo selectivo se puede avanzar un poco. Cómo escoger, como estar seguros de no ir en la dirección equivocada?
La respuesta es: Se
necesita un “visor” limpio y cristalino. Ese visor es nuestra “intuición” el
ojo creado por y para detectar los elementos no tan físicos y materiales, lo
que los antiguos veneraban como Tercer ojo. Y ese “estado de certeza” que se
desarrolla limpiando la mente de lo menos necesario, una vez despertado, crea
su propio automatismo y nos hace escoger acertadamente en todo momento. La
incorporación del hombre “metafísico”, del ser espiritual, del hombre
inmaterial (eterno?) co-creador de su medio, constituye en sí, el método y al
mismo tiempo, la máxima ganancia.
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