sábado, 16 de marzo de 2019

"Tratado contra los talleres literarios"; Rodrigo de la Luz, en su insuperable crítica a la "planificación" y "producción" del arte en la Isla...(extraído de su libro "Poesía Viva" Editorial Ultramar)










Tratado contra los talleres literarios



Veinte cabezas para hacer un poema,
cuarenta manos para hacer un poema,
un diccionario, una biblia, y dos enciclopedias.

Un tercer ojo para hacer un poema,
una caja de botellas de vino, dos brújulas,
treinta y tres litros de tinta,
un rollo de papel de sanidad.

Un salón bien grande para hacer un poema,
tres aires acondicionados,
nueve cajas de tizas,
espejuelos en grandes cantidades
para variar según se necesiten.

Alguien que cuide la puerta del salón,
un cocinero, un informante y un doctor.

Un parqueador, un mecánico,
una recepcionista, y un agente civil.

Un técnico de audio, un técnico de luces,
un jefe –por supuesto, una secretaria
y algunos voluntarios.

Y luego finalmente...
-¡Pues que nazca!  Ahí está el remolón,
no quiere nacer.

Sale, se asoma, chilla,
se horroriza de ver tantas caras feas.

Alguien lo coge por los pelos,
-¡Mírenlo aquí, malvado, sale!
(Lo cogen entre dos)

Poema:
     Pero... por favor...
     (Le tapan la boca)

-Cállate hijo de p...,
llevamos tres años esperando por ti.

Poema:
      Si pero...
El jefe “Ñ”;
    -Cállate, he dicho… (gritando). Llamen al mecánico.

Mecanico:
       -Traigan la biblia.
La biblia:
       -Traigan al doctor.
Doctor:
       -Traigan al diccionario.
La secretaria:
       (Sofocada con el diccionario en la mano)  Aquí está.
Voluntario “K”:
        Empezaremos por la P.
Voluntario “T”:
        Con la P empieza...
El jefe interrumpe (desesperado, dando un puñetazo en el escritorio)
        -Cállense, coño, no me dejan concentrarme.
La recepcionista:
          (Al técnico de audio) Ponga “Radio Enciclopedia”
El técnico de audio:
          (Entusiasta) ¡A la orden señorita!
Se prende la radio de manera instantánea y acto seguido,
las luces dirigidas por su respectivo técnico.
Ya empieza la música.
Este viaje es Beethoven y la ya popular Quinta Sinfonía.

Música: Partitura.

Y mientras tanto, el poema, ahí...
agonizando, desangrándose,
ya casi quiere decir “crepúsculo”,
pero dice al final, y quiere decir “albor”,
pero dice “al carajo”,
y quiere decir “marinos”,
pero dice otra cosa.

Y es cuando el voluntario “K”, que ya no es voluntario,
sino que ha ascendido de rango, y ahora es miembro activo
en la “Organización”, lo coge por las orejas
y lo hala hasta la cintura.

-Ya casi lo tenemos. (Dice inspirado).

El resto de los “genios”, contagiados
por la euforia que transmita la música,
decide tomar acción en el acto.
-El acto que distorsiona las ideas,
asfixia las palabras, mutila el talento-

Y así lo hacen, y es justo ahora
cuando a las cuarenta manos se las ve batallar en el vacio,
buscando en el espacio, raspando en la pizarra,
en las paredes, desenrollando rollos enteros de papel,
vaciando litros y litros de tinta.
Pero del pobre poema nada, ni siquiera por complacerlos sale,
ni siquiera mediocre, como esos que ellos consiguen por docenas otras veces.

¡Ah!, pero este no, este es un poema digno,
digno de ser leído y publicado,
justo es por eso que no quiere salir.

Ahora montan en cólera y lo patean desesperadamente.
Y aunque él no piensa decir ni una palabra más,
se ahogan dentro de si frases enteras,
se ahogan palabras, se ahogan esperanzas.

Idea interior:
       El gato es la gaviota de la calle,
       la lámpara, la piedra y el caballo.
       Que noche tan larga,
       que sueño tan corto.  

Pareciera que está loco, que el poema delira,
pero no, está más lúcido que nunca,
y se mantiene firme en sus ideas,
abnegado, glorioso.

Por un segundo desfallece y parece que ha muerto.
Luego vuelve en sí y respira profundo.

-Toma..., toma..., toma...

Lo siguen pateando, lo escupen, lo ofenden con palabras obscenas,
lo humillan como una vez hicieran con Cristo.
Pero el sigue allí, honorable, incorruptible,
muriendo dignamente, mientras en las cabezas de estos “nacos”,
la palabra “poema”, se reproduce de mil maneras diferentes.

-Poema.
-P-o-e-m-a.
-(Po... ema)   
-¡Pon...lema!
-“Poe-ma”
-¿Problema?
Etc., etc., etc....
No ha sido fácil. (Dice voluntario “K”)
Ha sido una tarea ardua y riesgosa.

Mientras, los otros integrantes del “hampa”
van retirando sus manos lentamente,
y se les ve en sus rostros el disgusto,
y el desconsuelo causado por la frustración.

Hasta que una idea “genial” se le ocurre
al jefe “Ñ” y dice (dirigiéndose a todos en general):
-Pero no nos daremos por vencidos, si no quiere salir,
entonces lo matamos, de alguna forma tenemos que ganar esta pelea.
No nos podemos dar el lujo de que un poema se nos escape vivo.

(Todos miran atentos)
Es cuando saca una inmensa pistola
de su inmenso bolsillo y sin escatimar dispara a boca de jarro
y le vuela la tapa de los sesos.

De allí salieron volando las palabras:
gato, gaviota, sombrero, conejo, libertad;
y una bandada inmensa de oraciones
a las que se les vio perderse para siempre
volando tristes en el horizonte.



("Poeta en fuga")


Rodrigo de la Luz. Las Villas, Cuba.1969. Poeta, pintor; entre otros tiene publicados los siguientes libros: "Mío mundo", "La luz que se prolonga" , "Poesía Viva" y  "Cien Hombres, una Mujer y otros delincuentos". Reside en Miami Florida.

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